lunes, 24 de noviembre de 2008

La Gata decisiva


Conocí en Berlín a una gata...

Se estira y se lame las patas con lascivia reproductiva y me ayudó a escapar.

Para la gata es fácil huir o más que huir, realmente, ir a donde quiere sin el peso de los remordimientos, aún así sin maldad. Con una inteligencia y una lógica tan clara que desmantela la culpa más arraigada de este cerebro reptiliano y ancestral que me arrastra.

¿Cómo será mezclarme con ella?

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